Pacifica sí, pero no pendeja…


Es difícil en estos tiempos mantenerte en equilibrio espiritual, yo diría que es imposible; vivo en un país que es  invivible gracias a  unos delincuentes de cuello blanco que se atornillan en el poder, por unos militares que tienen bozal de arepa, y sitiada por unos asesinos que tienen el control de las calles.

Las esperanzas de una salida pacífica se desvanecen, y cuando piensas que ya nada puede ser peor, algo más malo sucede; vivimos de sorpresa en sorpresa, pero todas negativas, vivimos con el agua al cuello porque ganes lo que ganes no alcanza para vivir, y peor lo pasan los que dependen de un sueldo… cada vencimiento de una póliza, de un plazo, de un pago, de una renovación, de una emergencia médica se te va haciendo imposible, de dos años para acá, la sensación de que estas perdiendo, te invade toda, de que las garras de la pobreza se acerca y te va acorralando, no importa lo que hagas, cualquier alternativa nueva para generar ingresos representa un muro imposible de escalar, y mira que lo intentas, nadie puede decir que no, me consta, en mis cercanos, en mis amigos, en mis conocidos…todos de clase media y trabajadora. Sientes que te vas quedando sin argumentos para seguir sosteniendo ese muro, los gastos rebasan cualquier intento de progreso. Las empresas apenas cubren sus costos, estamos en una macabra espiral de empobrecimiento acelerado por las gravísimas distorsiones “creadas” con suma eficiencia para destruir el “sistema”, y con ello, nos destruyen a nosotros: la clase media emprendedora, trabajadora, visionaria, soñadora…

No soy experta en economía, tampoco soy política y mucho menos politiquera, solo soy ciudadana y con eso tendría que bastar para exigir mis derechos a esos que supuestamente deben velar porque no me sean violados, esos que en su quehacer de político  deben hacer cumplir mis derechos, mis deberes, y que todo el aparato del estado funcione en mi beneficio ciudadano, pero justo eso es lo que no hacemos los “ciudadanos”: exigir que trabajen para y por nosotros, por el bien común y particular. Entonces, cuando yo veo a una rata gobiernera, y me disculpan el tono, que sale con su mayor cinismo y regodeándose en su miserable resentimiento y empoderamiento decir que no podré ejercer mi derecho a revocar al que por accidente está en la presidencia y a todos sus acólitos, incluido él, no puedo menos que perder mi estabilidad emocional, por no decir lo que toca. No puedo evitar que la esperanza se me vaya del alma, que me invada la certeza que la única salida a esta tristeza ya no será pacifica, que tendremos que matarnos todos, en perfecta y absoluta desventaja, porque no tenemos el poder de las armas…esas las tienen los indignos militares de esa patria que no es Venezuela y los colectivos asesinos que ellos financian para sostener lo insostenible.

Sí, ya sé, sabíamos que ellos no iban a soltar el Poder pacíficamente, porque el “poder” es lo que los protege de un tribunal por violadores de los derechos humanos, por crímenes de lesa humanidad, por narcotraficantes, etc, etc , etc… ha sido tanto lo que han hecho, escudándose en un falso pregón de “igualdad y soberanía” que no tienen perdón alguno, y por eso son tan peligrosos justo en este momento, en que ese pueblo que engañaron, ha despertado del falso espejismo de la revolución del siglo 21, y se han encontrado con que ahora son más miserables que hace dos décadas, porque ahora hasta la dignidad se la han quitado. Entonces, soy una ilusa porque mantenía una esperanza, una ilusión aupada por ese otro grupo donde me siento representada llamada Mesa de la Unidad? Si lo soy…ilusa por creer… creer que tendrían los pantalones bien puestos para defender mi derecho, nuestro derecho a revocar, pantalones que les da el respaldo de 80% de los venezolanos que estamos hartos y que nos sentimos mortalmente asfixiados, y qué pasó? Les faltó contundencia, siiiii los siento guabinosos, con miedo, como que demasiados cuidadosos, y resulta que hay que sacar los dientes, las uñas, las patadas y los gritos porque nos enfrentamos a un monstruo de 7 cabezas, a un lobo feroz que no se mide en palabras, en cinismo, en acción, en represión, en amenazas, en restricción, en disparar, en encerrar, en torturar… coño nos enfrentamos al diablo y ustedes actúan como pastores de ovejas que solo están dispuestos a sacar el rebaño para ir al matadero “pacíficamente”.

No me jodan!!! Soy pacifica pero no pendeja!

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

EL AMOR ES AZUL - PAUL MAURIAT

UN VENEZOLANO

CAMILO SESTO Y MI PRIMER BESO