Indiferencia ganada


No me va importar
cuando la desgracia toque tu puerta,
y el hambre de amor abrace tus entrañas,
me sabré barnizar de tu indiferencia
ya que suficiente de ella me entregas.

No me va importar
cuando la soledad sea tu compañera,
porque tu ausencia obsequiada
endureció mi tristeza.

No me va a importar
cuando la esperanza abandone tu alma
y el desasosiego ocupe su lugar,
bien supiste hacer mérito,
por eso mereces más!

Nada de ti me va importar
porque vaciaré mi vida de tu esencia,
no fuiste más que una piedra en mi destino
y como agua del río te dejaré atrás.


Fotografía: andes Venezolanos, Timotes, Edo. Mérida.

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