LAS AREPAS Y YO

Soy venezolana de nacimiento, hija de un libanés de Saida, antiguo Sidón y una española de Galicia; como siempre digo en son de broma, soy material importado ensamblado en el país, una mezcla de la que me siento muy orgullosa, fruto de un amor que unió a un musulmán a su manera, con una católica a su manera, se pueden imaginar semejante asunto.

Fui criada con pan francés, torrijas y pan pita, las arepas no portaban por mi casa, eran una especie de exquisitez, y si no había una domestica que las hiciera casi que pidiendo permiso y que le compraran harina pan, pues aquella cosa redonda no portaba por mi casa en años, y solo podía probarlas en casa de algún amigo.
Al morir papa, nuestra vida dio un vuelco, algunas costumbres abruptamente fueron interrumpidas, mama ahora era cabeza de familia y tenía que ir a la zapatería todos los días del año, antes solo lo hacia los 6 últimos meses del año, la temporada de mejores ventas. Una de las primeras cosas que cambiaron fueron las comidas y sus horarios, mama ya no tenía tiempo, y al principio de esta nueva etapa, no tenía ganas…, así que quedamos en manos de una domestica llamada Asteria de Cincelejo, Colombia, para esos menesteres.

En vida de papa, la cena era a las 9 pm, era la comida más importante del día, llegaba a eso de las 8 pm y mama lo recibía con un whiskey para que se relajara y un platito con tabaquitos de hojas de parra, un rábano cortado en cuatro, unas aceitunas, nabos y pepinos en encurtidos, todo hecho por ella. Él se sentaba y era el momento de conversar ellos dos de lo acontecido en el día, por allá en el Centro de Maracaibo y por la casa. De más está decir, que mama lo esperaba arreglada y mientras hacía toda la cena, cantaba como ruiseñor. Como recuerdo aquellos días!!! Cuando él se fue, ella apago su canto y hubo cosas que dejo de hacer, las hojas de parra rellenas fue una de ellas.

Áster, se convirtió en nuestra protectora, ayudaba con mi hermano pequeño, apenas de 4 añitos y atendía la casa, yo ya estaba en la universidad. El principal cambio fue sustituir la cena copiosa por un sándwich o una arepa con jamón y queso; esas cositas perfectamente redondas, suavecitas y todas igualitas seguían siendo excepcionales en la mesa, pero más frecuente en mi boca cuando tocaba comer en la calle, amanecidos de alguna entrega de proyecto en Arquitectura, o cuando salíamos de alguna fiesta en la madrugada que parábamos a comer arepitas con pernil y quesito de mano, uffff la gloria, de traje largo, maquillada y con una arepa en la mano, una imagen digna de fotografía y si era de a que Nestico, mucho mejor!!!!!

Cuando me case, lo hice con un venezolano QUE NO LE GUSTABAN LAS AREPAS, que no lo mataban pues! así que mi casa siguió con la costumbre…, yo seguía sin aprender a hacerlas, y me interesé más por  hacer kibbe, falafel, etc., y criollito solo hacia las  mandocas para la lonchera de los niños del cole, y se entiende, porque soy AMANTE DEL PLATANO en todas sus formas.

Pasaron los años y un montón de cosas en mi vida, tuve tres hijos, me divorcie y nada con las arepas, eso de meterle la mano a esa masa pegajosa no me apetecía mucho.

Y llego Chávez y su desgracia, llego la revolución fatídica y el primer gran encontronazo, EL PARO PETROLERO…, no había gas para cocinar, no había gasolina para movilizarnos, no había pan en las panaderías, etc., y  tuvimos que encender los carbones,   entonces, allí, aprendí de la peor manera jajajaja presionada, había que inventar con lo que teníamos y cocinar con una cocinita eléctrica y a la parrilla. Mi secretaria Omaira, la gordis, que para ese entonces yo ya tenía la oficina en casa, me dio una clase magistral, y allí arranque yo con la arepa, descubrí a América!!!!!! Por supuesto como buena arquitecto y perfeccionista, aplico mi técnica, pongo ojo escalimétrico, forma y proporción, además, me salió un muchacho amante de las arepas rellenas con atún. No se imaginan cómo me facilitó la vida,  a partir de allí  ponía manos a la masa, las hacía por cantidades y siempre estaban en la nevera, listas para hornear o colocarlas en el budare y darle vuelta y vuelta.

Mis hijos ahora andan por el mundo, del otro lado del charco y en Norteamérica, se llevaron la receta y la técnica de mama. No se imaginan el orgullo que sentí cuando vi las primeras arepas de uno de ellos, que no lavaba ni un plato por estos lares; hizo  3 arepas, cada una de diferente tamaño y forma, menos redondas, por allá en Barcelona, le supieron a gloria, le supieron a casa, a Venezuela.

Me anime a escribir este post, porque conversando con mis amigos, me di cuenta que algunos no sabían que si preparan  las arepas y las pasan por agua hirviendo hasta que floten, las pueden guardar en la nevera con separadores y tenerlas listas para ponerlas en el budare cuando apetezcan o en el horno si las quieren bombita, además para todos esos jóvenes venezolanos que están por el mundo como mis hijos y quieran tener un bocado de Venezuela en casa.


AREPA CLASICA

1 taza de harina de maíz precocido
1 taza de agua o leche tibia
Sal c/n
½ cda de azúcar
½ cda de mantequilla

Colocar en un boll la harina con la sal y el azúcar, agregar la mantequilla al agua o a la leche mientras se calienta. Echar poco a poco el liquido tibio a la harina (*) y revolver con una cuchara hasta que se integren bien todos los ingredientes y tome la masa, en ese punto, amasar con las manos hasta que este suave y lisa. Hacer un cilindro y porcionar según el tamaño de arepas deseadas. Poner a hervir agua, formar las arepas que queden redondas y del mismo grosor y echar en el agua hirviendo, sacar cuando floten y colocar en un plato hasta que se enfríen. Guardar en la nevera con separadores. Si las vas a comer de inmediato, no pasar por agua caliente, si no,  colocar directamente en el budare precalentado y engrasado, voltear cuando despegue con facilidad o en el horno si las quieres infladitas.

Variacion: agregar a la masa ¼ taza de queso semiduro rallado

* Los eruditos areperos dicen que la harina al agua...yo me amañe de la otra manera jejejeje


AREPA SALUDABLE

1 taza de harina de maíz precocido
1 taza de mezcla de harinas multicereal
¼ taza de avena en hojuelas
2 taza de agua o leche tibia
Sal c/n
1 cda de azúcar
1 cda de mantequilla
½ cda de linaza
½ taza de queso palmita escurrido rallado



 AREPA INTEGRAL

1 taza de avena en hojuelas
1 taza de leche tibia descremada
3 cdas de harina de maíz precocida
1 cda semillas de linaza
1 cda  semillas de ajonjolí
Pizac de sal
1 sobre de splenda o 1 cda de miel


En un envase colocar la avena y el resto de los ingredientes secos, agregar la leche tibia, mezclar bien, y dejar reposar unos 15 min. Con la Ayuda de un molde para hacer hamburguesas, moldear las arepas sobre papel parafinado engrasado y congelar, una vez congeladas, guardar con separadores,
Colocar la arepa congelada en  la plancha de teflón caliente, voltear cuando despegue sin problemas.








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