SEMANAS 11-02-2019 y 18-02-2019 INICIO DE PASTELERIA COMERCIAL

Hola a todos, aquí estoy de nuevo, algo dispersa en estos días que van complicados, en medio de la diatriba política, la situación económica con esta hiperinflación agobiante y el mal vivir inducido con prolongados cortes de electricidad y de suministro de agua; la vida se nos hace cuesta arriba, la cotidianidad ha sido borrada sintiendo que perdemos estructura y calidad de vida. La tensión política esta omnipresente, marcando cada acción de nuestras vidas, expectantes, a veces atónitos por tanto descaro, desfachatez, desvergüenza,  sintiendo de cuando en cuando ese  frio en la nuca síntoma de miedo, por momentos fugaces sintiendo la esperanza que parece sonreírnos, aunque a veces nuestra ansiedad parece que aleja el desenlace. A todo esto se puede agregar la soledad impuesta, la nostalgia, las manos desocupadas, el quehacer profesional guardado en las gavetas, etc. 
Me cuesta concentrarme en estos días, más aun me cuesta inspirarme, la sensación de pérdida que siento  es muy grande, por más que uno trate de mantener buena cara, buen ánimo, el entorno y el día a día quiere tragarme. 

La canción que marcó el inicio de estas dos semanas fue “El viento bajo mis alas”, hermosa letra dedicada a esas personas que están en nuestra vidas, a veces silenciosas, empujando nuestro vuelo, dándole alas a nuestras ganas, es una oda a la amistad de dos personas, el tema de una película bellísima: Eternamente amigas. Deseo que todos tengan a ese alguien especial y lo más importante, que sepan valorarlo.

En medio de todo esto, hemos llegado en nuestro maravilloso curso al Módulo de Pastelería comercial, y estas dos semanas han sido un poco estresantes, mas por el aspecto económico y de escasez, que por las actividades en sí. 

“en los tiempos que corren el estrés de los aprendices proviene del bolsillo y no de la técnica”

Comenzamos con la elaboración de la famosa Torta Sacher: chocolate, ganache, mermelada de melocotón, deliciosa y elegante, algunos grupos valientes escribieron Sacher en la cubierta, nosotros no nos atrevimos jajajaja por miedo de dañarla; sé que  la práctica apagara todas esas inseguridades en algún punto, poco a poco. 

Incursionamos con los tabaquitos y los tulipanes de galletas, la preparación extremadamente sencilla, sin materiales complejos, aquí la clave del éxito esta en la velocidad de acción entre sacarlos del horno y preformarlos, el producto da para mucho, siempre y cuando te tomes el tiempo para hacerlos.

Tuvimos una clase especial de Masa de hojaldre, y aquí tengo que decir, que estaba loca porque llegara ese día, amo esa masa y quería conocer sus secretos y que mejor que haya sido de la mano del Profesor Mario Mosquera. Ese día la harina voló por los aires, los mesones lucieron congestionados, evitar el choque de los rodillos fue parte del arte y lograr  primero incorporar el  empaste con la hojaldrina y luego los seis dobleces para obtener una masa de 6 capas maravillosas, aterciopelada. Estirar la masa del centro hacia afuera, sin aplanar demasiado, logrando una superficie pareja. La clase fue espectacular, gracias Mario por esta maravillosa experiencia. La masa del grupo quedo reservada para la Napoleón que prepararíamos la siguiente semana.

Y la siguiente semana llegó, en medio de la locura, al tener que elaborar los subproductos para el montaje de 6 postres/tortas emblemáticas de la pastelería internacional; era la primera vez para algunos del curso con el bizcocho jaconde y genovez, el resto, implicaba poner en práctica lo aprendido, conceptos básicos, técnicas y procedimientos para elaborar: discos de merengue, hornear el hojaldre, hacer crema pastelera, de mantequilla, mousse de chocolate, crema praliné, ganache, baños, jarabes, etc. Hubo tensión, no podemos negarlo en la formulación al tener que reducir cantidades por el aspecto económico que priva hoy día, a veces sin tener idea del rendimiento, en la asignación de los subproductos a cada miembro del grupo, etc., pero debo decir que lo hicimos bien, porque todo alcanzo, no hubo mayor desperdicio y se cumplió cada uno de los montajes según lo indicado por la profesora. Momentos de pánico: agregar el agua al merengue para la elaboración de la cesta de la pavlova…, que saliera bien el jaconde para no perder el polvo de almendras pagado en dólares, la caaaaaaantidaddddd de chocolate que se iba a necesitar, escribir Sacher y Opera sobre baños casi perfectos de chocolate, etc…. en el momento sublime de escribir el nombre Opera en la susodicha…en la nuestra no cabía jajajajaja solo daba para la nota musical…y por supuesto el ganache nos jugó una mala pasada al separarse la grasa (el chocolate utilizado no admite recalentar el ganache a baño de maría para suavizar), se nos dañó el baño de chocolate pero aun así la nota musical imperfecta quedo en nuestra Opera.

Me siento muy satisfecha y orgullosa de lo aprendido, deseosa de practicarlo hasta lograr la pericia, y luego de eso, dejar volar la imaginación. Esta semana, nos sentimos más seguros, menos nerviosos y con más ganas de hacer. 

Particularmente, me encuentro entre dos aguas, debo ausentarme y no es el mejor momento para ello, me perderé de muchas cosas, confío en mi grupo para nivelarme tan pronto regrese. Por primera vez, hubiese querido poder  aplazar el viaje, pero no es posible, mi sueño del otro lado del charco me necesita para darle un impulso  y después de muchos años siento, que hay “algo” por lo que quiero regresar a Venezuela, y ese algo es este curso, la Profe, mis compañeros fabulosos y mi grupo No 1.









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