SABIA QUE ERA DOMINGO

Sabía que era domingo,
cuando me despertaba
el canto alegre de mi madre
y el aroma de las panquecas
haciéndose  en la plancha
untada de muuuucha mantequilla.

Sabia que era domingo
cuando papá llegaba sonriente
con todos los periodicos, 
sus revistas  Time, 
National geographic y 
nuestras comiquitas, 
además de muchas golosinas.

Las panquecas nos despertaban 
para un gran día,
comida especial:  kibbe, hummus, 
pinchos de lomito, tabule y pan pita
y también tajadas 
de plátano maduro,
quién lo diría,
esta gallega hacía fusión 
en su cocina.

Luego por la tarde el paseo, 
vueltita en el Impala azul,
Av. 5 de julio pa’rriba,
dar la vuelta en Indio Mara,
parar en los chinos 
por la cremosa barquilla.

Luego en bajada 
hasta el Milagro 
y su hermosa vista,
el lago con su marullo 
y la deliciosa brisa,
la recorríamos completica,
columpios del Hotel del Lago
o sustico incluido en el malecón 
para esta catirita.

Y si nos portábamos bien,
coronábamos por la noche
con el pollo a la canasta
del Rincón Boricua,
viendo el Gordo y el Flaco,
y muchas comiquitas,
coincidiendo las familias amigas,
italianas, españolas, alemanas,
árabes y griegas,
con sus proles maracuchas 
fusión de amor
de la tierra que los recibía, 
en aquella hermosa época
de mi Maracaibo querida.

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