ENTRE HOJAS DE PAPEL...MI VIDA.

Entre hojas de papel que el  tiempo va tiñendo de tonos ocres, se juntan las horas vividas, los tiempos cumplidos… sus bordes rasgados de formas caprichosas las distingue las unas de las otras.

Asombra y te acongoja, como la vida puede pasar y solo quedar los números de identificación, documentos, fechas…, el registro inexorable de tu tiempo en este plano físico. El acta de cuando naciste, de cuando moriste, de cuando te graduaste de esto y de aquello; tu primer pasaporte, tu acta de matrimonio y quizás al lado, también la de divorcio…un papel seguido de otro, como si entre ellos no hubiese espacio de tiempo; horas de alegría y tristeza  se compaginan, se tocan, una al lado de la otra recogen tantos años, tantas risas y tantas lagrimas…vidas resumidas en carpetas marrones, necesarias para los que siguen después de ti, para su identidad, para su trámite, para su existir…

No solo quedamos hechos polvo, también quedamos registrados en papel… observo las fotografías de viejos pasaportes, de cuando mama y papa vinieron a América, estampas de rostros que  hablan de valentía. Documentos de Europa y del Medio Oriente, con sellos, grafismos y  escudos, luciendo curiosamente  importantes.  El acta de defunción de papa, surgiendo como un hito doloroso en mi existencia de aquella fatídica noche de enero, un papel que aún no tengo repetido en los pergaminos de mi vida, pero con esa nerviosa certeza de que si sucederá, que se repetirá, en el orden lógico o en el anacrónico, marcando los puntos más álgidos en tu vida.  

Soy de esas afortunadas a la que le escribieron cartas de amor, y que las pudo responder en hermosas hojas adornadas y perfumadas de pasión. Vivir la larga espera del ir y venir de aquellas largas misivas escritas con letra corrida de hermosa caligrafía. La ansiedad generada que solo se calmaba con la llegada del cartero, y el salir corriendo al rincón del silencio para poder escuchar los latidos con las que fueron escritas aquellas palabras de amor. Iban y venían hasta que la distancia se tragaba el amor…y quedaban atadas con cintas de raso, en el baúl de los recuerdos o en la gaveta del secreter. También de las que recibió postales de lugares lejanos y que también envió de sus viajes. Las personas se tomaban su tiempo, en medio de su disfrute para escribirte. Todos esas palabras escritas las atesoro, son parte de mi historia.

Mi acta de matrimonio y de divorcio, una seguida de la otra, atadas para siempre, antagónicas en su significado,  importantes por sus consecuencias, y  en el medio de ellas, unos 10 años de altos y bajos, de risas y llantos, 3 embarazos y sus tres dolores de parto, decenas de noches de desvelos, por cólicos o por rebeldías adolescentes, traiciones, engaños y mil perdones, resumido todo en dos solemnes actas … aún recuerdo como estaba vestida el día del civil, elegante y adornada con un perfumado corsage, y del día de la separación, solo recuerdo las campanas de la misma iglesia donde me case,  que sonaban marcando las 12 del mediodía, y nosotros subiendo las escaleras del juzgado civil, irónicamente ubicado al frente de aquella misma iglesia que un domingo 10 años atrás, me vio llegar radiante una mañana decembrina vestida de blanco satén y perlas.

Hoy día, nuestras palabras sobre papel son más escasas, limitadas a fríos documentos; ahora abundan las palabras en internet, dichas a los 4 vientos, pocas, dedicadas a alguien… pero de cuando en cuando aún recibo un libro dedicado, una tarjeta, una servilleta con algún verso, siiii, aun a mi edad. 
Nada como sentir esa emocion cuando encuentras en tu biblioteca aquel libro de Poemas de Pessoa y en la primera hoja hay uno dedicado a ti...

Cuanta historia entre dos hojas de papel, con sus aromas de Aires del tiempo, Chanel No 5 y Cartier…sabores de chocolate, champagne y también de lexotanil…


Comentarios

Entradas populares de este blog

EL AMOR ES AZUL - PAUL MAURIAT

UN VENEZOLANO

LAS AREPAS Y YO