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Mi alma  me abandona, tu ausencia me vacía...

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EL AMOR ES AZUL - PAUL MAURIAT

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Celebrar la vida, celebrar el amor, la amistad que no conoce límites y el amor que no conoce el rencor; celebrar el momento sublime en que dos personas se unen en nombre del amor; celebrar que la vida es maravillosa con todo y sus matices, de blancos y grises, o de intenso color... Hoy me sentí azul, de esperanza, de esplendor, de amor... Porque el Amor es azul. Esta melodía marco una época hermosa de mi vida, emocionaba mi corazón joven que salía de la adolescencia, cuando te enamoras del amor, algunos dicen que es la época  color de rosa, pero para mí  fue mi tiempo azul; la escuchaba para calmarme, para quedarme dormida, para emocionarme, para soñar con el príncipe azul.
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UN VENEZOLANO

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Un venezolano en cualquier lugar del mundo es flor perfumada, es corazón de selva verde y profunda, es alma llanera que sonrisas sin medida regala. La tristeza de estos tiempos se lleva a cuestas, a veces pesa tanto que se derrama, pero nuestra grandeza emocional nos abraza con piedad y nos levanta. Llevamos el mecer de las palmeras en la mirada, la brisa del lago, de los  andes, del oriente, del Caribe y del Avila, sopla refrescando el mundo con el canto de nuestras palabras. Y el alma, como buchón se nos hizo alas, no sabíamos volar del cálido nido de nuestra tierra amada y los Tepuy, fortalezas que custodian la gran sabana, con su magia nos dieron el valor e inspiración necesaria. Nos llevamos los cimientos grabados con fuego, tambores y danza, para que el corazón palpite al ritmo del galerón, gaitas, golpes y contradanzas. Y por si acaso, una tuma con azabache y peonías nos acompaña, protección de nuestros ancestros, por si nos echan una v
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LAS AREPAS Y YO

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Soy venezolana de nacimiento, hija de un libanés de Saida, antiguo Sidón y una española de Galicia; como siempre digo en son de broma, soy material importado ensamblado en el país, una mezcla de la que me siento muy orgullosa, fruto de un amor que unió a un musulmán a su manera, con una católica a su manera, se pueden imaginar semejante asunto. Fui criada con pan francés, torrijas y pan pita, las arepas no portaban por mi casa, eran una especie de exquisitez, y si no había una domestica que las hiciera casi que pidiendo permiso y que le compraran harina pan, pues aquella cosa redonda no portaba por mi casa en años, y solo podía probarlas en casa de algún amigo. Al morir papa, nuestra vida dio un vuelco, algunas costumbres abruptamente fueron interrumpidas, mama ahora era cabeza de familia y tenía que ir a la zapatería todos los días del año, antes solo lo hacia los 6 últimos meses del año, la temporada de mejores ventas. Una de las primeras cosas que cambiaron fueron las comid
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