INERCIA INDUCIDA
INERCIA inducida…casi que inoculada, alimentada con la tristeza que se acumula en la despensa del alma. Las horas pasan por estos días, y no sé si van lentas o de prisa, porque los días se descuentan muy rápido en ese espacio de tiempo que me queda abonado; las horas, sin embargo, desocupadas ahora de agitación, del quehacer productivo, de silencio humano y tecnológico, se descuentan lentas, y repletas de sentimientos de culpa, de soledad, de nada, de cuestionamientos. Me siento inmersa en un espacio atemporal, una especie de limbo, una burbuja que me envuelve; la costumbre acumulada por tantos años hace que aún me despierte a la misma hora, madrugadora siempre!, que me prepare para el cumplimiento de un horario que ya no existe, es como si la planta alta de mi casa no se percatara del cambio que trajo la revolución a la planta baja…Ya no hay desayunos agitados por falta de tiempo, ni hijos que apurar, no hay salidas aceleradas en el carro y llegadas...