LA NIÑA DE TRENZAS
Sus trenzas eran doradas
acentuando su inocencia,
bailaban al son de su alegría
cuando corría por esa senda.
Las mariposas de cuando en cuando
se posaban en ella,
luciendo como hermosos lazos
que adornaban su belleza.
Cantaban los pájaros
melodías traviesas,
y los conejos a las escondidas
jugaban con solo verla,
ella alegraba el sendero
vistiéndolo de fiesta,
y los ángeles desde el cielo
sonreían bendiciones para ella.
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