CIUDAD CALLADA
Qué triste suena,
como puede una ciudad quedarse callada? Puede, y puede apagarse lentamente, como una lámpara de
aceite que va disminuyendo la llama lentamente, haciéndose cada vez más tenue
su luz y haciéndose más grande la sombra que
avanza sobre ella. Como esa mujer maltratada que calla ante su opresor,
por miedo, por costumbre, por no saber cómo hacer para elevar su voz.
Así le pasa a mi Maracaibo
querida, una ciudad callada, maltratada, oprimida, olvidada, que silenciosa
llora sus penas y solo recibe una caricia de cuando en cuando de la brisa
mañanera que su lago de seda le envía como beso temeroso para refrescar su alma
quieta; su lago, amante silencioso que sufre de ver a la sultana de sus sueños
oprimida, vejada, arrollada en su intimidad, violada por aquellos que la odian
a pesar de haberle prometido amarla…el señor que le prometió cuidarla no lo
hace, su contramaestre se ríe de ella y además deja y permite que otros también
la agredan.
Lejos quedaron sus
bellas vestimentas que la adornaban, los tapices multicolores, las bellas
mantas, solo le quedan las palmeras que aún le bailan al son del marullo que su
amante le canta. Los buchones, las garzas blancas y los flamingos de cuando en
cuando surcan el cielo para alegrarla, pero ella taciturna y lánguida no
encuentra el esplendor que antes la adornaba.
Se queda callada, sin
los buhoneros que locuras cantaban, se queda callada sin las bocinas que a las
12 del mediodía se alborotaban. Se queda callada, sin ganas, sin golpes de tambor,
furrucos y maracas. Sin niños que la correteen en bicicleta y patines, que
corran detrás de una pelota o del heladero de la cuadra, que vuelen un volantín
y coman algodón de azúcar en la feria de su venerada.
Sus casas lucen
tristes, sin brillo ni pinturas multicolores, muchas están abandonadas,
comienza a ocuparlas el espanto.
Su piel, maltratada y
avejentada, sin farolas que la alumbren, ni calles recién asfaltadas, el acné de
la miseria la asalta, le quita la tersura de su apariencia lozana, el polvo como
caspa la cubre, la amenaza, los pocos árboles que quedan en pie imploran agua
para refrescarla, animarla, quieren decirle que aún hay esperanza, que resista,
que vendrán mejores tiempos donde será rescatada, aliviada, sanada de tanta
desgracia.
Resiste bella Sultana
del Lago, que no mueran tus ganas de ser liberada, tus hijos te necesitan,
ellos también han sido vejados, olvidados, algunos ya tienen envilecida su alma,
costara enderezarlos, que la urbanidad vuelva a arroparlos, quizás sean casos
perdidos, pero la gran mayoría te implora que no mueras, que no desaparezcas
porque te aman, no conciben la vida lejos de ti, porque con todas tus cosas y
tus mañas, eres única, increíble, autentica, vivaz, eres la tierra del sol
amada!
Y ahora mientras
escribo sobre ti, mi ciudad callada, acaban de golpear de nuevo a tus hijos,
los dejan sin argumentos económicos para seguir, los ahogan con tramoyas
rebuscadas de reconversión, devaluación, medidas impositivas de magnitudes galácticas
para una población ya empobrecida que se ha quedado sin argumentos materiales
para soportar; anoche derramaron más angustia sobre tus hombros y pronto tu sufrirás
las consecuencias, pues tus hijos ya no pueden más.
Tu madre Venezuela
pide auxilio, todos sus hijos son tragados, devorados por la bestia, que sigue
sin reconocer su fracaso y nos arrastra a la desesperación.
Resiste Maracaibo mía,
no te entregues y tan pronto puedas rompe el silencio, grita a los 4 vientos
para que se lleven tanta maldad con una borrasca y pídele al Relámpago del
Catatumbo la desintegre hasta convertirla en nada.
Levántate y grita tu
dolor, levántate y clama libertad, que tu Madre escuche tu grito liberador.
Mi Maracaibo
La
luz bajo tu cielo es cálida,
la
bruma del lago
te
matiza en la distancia
cuando
me acerco a ti emocionada
ofreciendo
tu imagen como si soñara,
eres
mi oasis, mi refugio
eres
mi morada
Cuando
lejos de ti me encuentro
añoro
todo lo que está
bajo
tu inmenso cielo
de
escandalosos colores
que
pintan el alma
del
que ha nacido en tu suelo.
En
el corazón siempre llevo
tus
aromas, el bullicio de tus calles
y
la esencia maracucha
que
es un sagrado sello
mezcla
de alegría,
viveza
y bondad al extremo.
Tu
silueta sin el Puente
no
es ya imaginada,
derramando
sentimientos y lágrimas
cada
vez que lo recorro emocionada,
porque
vuelvo a ti mi ciudad amada.
Siento
mi alma cual buchón alada,
surcar
tu cielo exaltada,
dejando
que mi piel sienta
la
húmeda brisa de la mañana,
mojando la mirada en el Lago
que
te adorna mi tierra del Sol Amada.
Lejos
de ti no puedo, no quiero…
Ay amiga querida, aunque las circunstancias de la vida nos han alejado, hoy con éstas, tus palabras "lejos de ti no puedo, no quiero" que nuestra amistad de tantos años se disuelva...y escribo estas palabras para felicitarte de corazón por tan hermosas palabras dedicadas a nuestra Maracaibo querida ... FELICIDADES ...TE QUIERO MUCHO!!!
ResponderEliminarLo se, no esta disuelta, solo hizo una pausa fisica, seguimos juntas en nuestro viaje por la vida, de niñas, de jovenes, de adultas. Gracias por esta palabras que me alegran el corazon y me hacen sonreir. Yo tambien TE QUIERO MUCHO!!!
EliminarAmen!!!
EliminarEl sólo hecho de pensar no volver a oir su bullicio, sus aromas, su encanto, su calor, su inmensidad en gente hermosa bullosa, carismática se me hace un nudo en la garganta mismo que sentí las últimas veces que cruce tu puente mi Maracaibo querido, lágrimas corren por mis mejillas el saber cómo te han destruído y pido al Padre creador que renazcas como el Ave Fénix, de tus cenizas volverás y regresarás más fuerte que nunca.... Dios bendiga mi tierra, Mi Maracaibo querido. Gracias Leila pro tan hermosas palabras. :(
ResponderEliminarHermosas y sentidas palabras, gracias por leerme.
EliminarReflexión excelente, con palabras de poeta, llenas del sentimiento y de anhelo que nos envuelve, a quienes aqui seguimos y los q se fueron. Gracias..y felicitaciones.
ResponderEliminarAmen! Gracias a ti por leerme, por compartir sentimientos de amor a nuestra ciudad.
ResponderEliminarMe gustaría qué todo acabará de un buena vez no se que pensar si dejo de pasar un diciembre sin ella mi Maracaibo querido
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