Será que nos vamos...




Anoche fue noche de luna llena, lucia hermosa colgada en ese nuestro cielo, salió vestida del Lago de seda negra, adornándolo con pinceladas de oro y plata; al fin se desprendió la luna y decidió anoche vestir dorada. En el carro íbamos las 3 bellas damas ataviadas,  maravilladas, persiguiéndola por los caminos de esta ciudad que luce enojada, pero tanto estorbo urbano insistían en opacarla, así que dejamos que fuera la luna que nos mirara y alumbrara el camino de la ciudad en oscurana, obligada por aquellos con poder que tanto la maltratan. 
Por fin llegamos al encuentro pautado, sorteando la imprudencia y las calles estropeadas, casi que agradecidas a la providencia por llegar sanas y salvas, y es que no es fácil para 3 amigas, transitar por las noches en esta ciudad que parece un pueblo fantasma. 

Dispuestas a disfrutar y olvidarnos de las angustias cotidianas nos acomodamos en un lugar del sitio encantado que nos esperaba, jarra de sangría con frutas adornada y muchas guindas para complacer a todas las damas, esperamos a los demás amigos que uno a uno llegaban al oasis de esa noche para abrazarnos y darnos ganas. 

Entre Saludos, abrazos y brindis por la que nos tocaba agasajar esa noche, nos fuimos poniendo a tono con la música y el entorno, descargando entre charla y charla eso que hoy tanto nos agobia a los que vivimos en esta patria,  y a pesar de evitarlo, de casi hasta ignorarlo, el tema nos asaltó en medio de la cena extraordinaria y mi dulce amiga de siempre dijo: será que tenemos que marcharnos? Silencio, miradas hacia abajo, el tenedor pareció un juguete en las manos, comenzó  a moverse despacio sin nada en su extremo que pareciera un bocado..., qué pregunta tan imprudente para ese momento de deleite tan esperado, pero no, amigos que me leen , esa pregunta esta en nuestros labios queriendo salir siempre entre lágrimas, risas y llanto.... La risa, más por nervios por lo que esa enorme pregunta implica para todos los que en solemne silencio la escucharon; y es que supone demasiado... Meter toda una vida en varias maletas si acaso...y a lo mejor ni eso si tenemos que abandonar apurados.
Cada uno en la mesa fue contestando, algunos con más acierto o mejor dicho con más certeza por la decisión que ya han tomado, una de nosotros ya tiene boleto en mano, otra del grupo ya hizo el viaje para el otro lado del charco....ejemplos de valentía ya tenemos cercano, pero aún así, los que todavía nos preguntamos, estamos tan pero tan asustados ante el incierto  tan poco deseado. Y es que el país nos obliga, más a gente como nosotros los que aquí hoy tertuliamos... El país no nos quiere, más bien le estorbamos y a gritos nos pide que abandonemos el barco. 

Hablando de mí, esa pregunta  me aborda en medio de la noche solitaria, para quitarme el sueño ansiado, me llega en el jardín cuando lo veo verde y floreado, me asalta en la cocina ante la creación de un nuevo plato, y veo mis objetos como diciendo a lo mejor tengo que abandonarlos..., o quizás solo dejarlos un tiempo sin usarlos con las manos y las miradas, rogando que cuando regrese aun los encuentre esperando...
Yo aún no tengo humo blanco para saber la respuesta correcta, pero si hay fechas ciertos plazos por vencer que avisan a pesar de la incertidumbre, lo que si no tengo dudas  es que he dado mucho por tener un país soñado, he respetado las leyes, las normas, he trabajado con ética y entrega, aposté por el país que me vio nacer y crecer, aprendí y emprendí, he puesto mi grano de arena, he protestado, me he indignado, he gritado en 16 años...pero este año lo empecé sin ganas de seguir apostando, sin ganas de gritar, sin ganas de hablar, sin ganas de hacer nada más por él y he allí mi limbo mental actual, mi país no me quiere, no le importo porque soy honesta, porque no robe, porque no me corrompí... Mi país me paga empobreciéndome, quitándome hasta lo que no tengo, dejándome lejos de mis hijos porque tampoco los quiso y ya se fueron, y ahora quiere que me sienta presa, sin posibilidades de una mejor vida.

El país me grita que me vaya, pero yo aún no quiero hacerle caso, a pesar del miedo que siento de que me siga maltratando, porque aún no encuentro las fuerzas dentro de mí para dejarlo, porque aun siento que puede cambiar, porque a pesar de todo le doy una oportunidad pero ahora en silencio, sin gritarlo. Sí, estoy secuestrada por él a pesar de que me grita que no me quiere... Qué cruel se ha convertido... A veces siento que solo saldré de él cuando más miedo me dé vivirlo.  

Así cada uno anoche dejó servido en el plato su pensamiento de miedo y angustias instantáneo, no supo bien por su sabor amargo, por más que después los postres llegaron y un feliz cumpleaños calladitos cantamos a la que celebraba la vida a nuestro lado.

Fotografía de Zulima Gonzalez @mazuly

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL AMOR ES AZUL - PAUL MAURIAT

CIUDAD CALLADA

VENEZUELA ES QUE YA ME DEJAS SIN ALIENTO…