CORRIAN ENTONCES LOS 80...
Escucho una canción de esas que adornaron mi juventud y las lágrimas invaden mis ojos, una mezcla de emoción, recuerdos casi de color rosa, melancolía por el tiempo que ha pasado, miedo por el que falta, y es que lo que queda de la cinta que mide mi tiempo en este plano es más corta cada día y eso, de cuando en cuando, me asusta, me da tristeza y llena más la soledad que siento…más en estos días en que me acerco al término de una década para pasar a la otra y yo con tantas cosas por hacer aun!
Sí, estoy deprimida por estos días,
y quien no en estos lares, son tantas las emociones que revuelven mi corazón,
que últimamente vive de vacío en vacío,
con esa presión que se te va a la cabeza porque lo que quiero es llorar, y ya no
necesito motivos para hacerlo, solo siento la simple necesidad, esa que a veces
me hace doler la garganta por tratar de ahogar el llanto abrupto que me asalta.
Esa melodía suena hoy como un
arrullo, como una caricia al despertar en mi viejos recuerdos, un bálsamo para
mi alma agitada, es una cucharada de miel con limón, algo así, una mezcla de añoranza
por aquellos momentos mágicos de abrir los regalos al pie del árbol de navidad
que olían a torrijas de pan con azúcar, la seguridad de aquellos brazos de mi
papa, con el amargo recuerdo de su pronta ausencia; así como morder un pecaminoso
bombón de chocolate y su explosión de kirsh en la boca cuando recuerdo aquellas sensaciones
que me hacían descubrir el amor y la pasión, por aquel temblor ante aquella
mirada profunda que me desnudaba toda, por el candor que era atizado con el fuego de
un beso robado, por el placer de una caricia en una sala oscura de cine. Así
suena, así sabe, así huele, así se siente…
Extraño aquellas noches en que me
quedaba dormida escuchando música con aquel viejo reproductor…
Corrían entonces los 80.
Debería quedarme dormida con mi
ipod, quizás me sorprendan de nuevo las ganas.
Comentarios
Publicar un comentario