ERES TU?
Me quede mirándote mientras pasabas junto a mí, venias en sentido contrario seguramente regresabas del trabajo, el nudo suelto de tu corbata me lo indicaba, caminabas sin paso apresurado, relajado; yo estaba tonteando, había salido a caminar por la tarde, a buscar pretextos en la calle para seguir escribiendo. Me gustaba caminar entre la gente, sentarme de cuando en cuando en alguna banca sin medir el tiempo, mi atuendo era casual, una blusa blanca de encajes con una falda beige de medio paso, zapatillas bajas y una vieja bandolera de cuero cruzando mi pecho con las llaves y algo de dinero.
Te vi venir, éramos dos tontos fingiendo en esta vida
no reconocernos con las nuevas vestiduras, sin embargo, nuestras sabias almas lo hicieron al instante; tu mirada enseguida se
enganchó con la mía, seguíamos caminando y nos pasamos de largo con disimulo
forzado, yo baje la mirada apenada por un segundo y al siguiente algo me obligo
a voltear.
Allí estabas, también sin saber ni entender por qué te
detuviste y sin más razón que el impulso que sentías, te diste la vuelta.
Al instante se reconocieron, se encontraban de nuevo
sin buscarse; de pronto, sentí como mi piel se erizaba y en el estómago miles
de mariposas danzaban, mi corazón latía a un ritmo inusitado queriendo salirse
de mi pecho agitado.
-Te conozco?- Pregunte entre risas y mirada inquieta
-Sé que te he visto antes- le dije.
De inmediato extendí mi mano, como si algo me empujara hacerlo. Tú, igual de nervioso, te presentaste, agregando que también tenías esa sensación.
-Sé que te he visto antes- le dije.
De inmediato extendí mi mano, como si algo me empujara hacerlo. Tú, igual de nervioso, te presentaste, agregando que también tenías esa sensación.
Como dos tontos nos quedamos detenidos sin saber qué
hacer, como si el tiempo transcurriera en cámara lenta a nuestro alrededor,
pero entre los dos una energía, un magnetismo aceleraba todo, algo inexplicable
nos hacía seguir allí. Por fin, tú tomaste la iniciativa invitándome a tomar un
café en ese lugar que nos observaba y esperaba atento.
Ese primer encuentro
duró varias horas, algunas tazas de café y un helado, entre confidencias y
relatos, nos pusimos al corriente de lo que hacíamos, mientras tanto, nuestras
almas se reían, cómplices y felices,
deseando que pronto volviéramos al momento donde lo habíamos dejado en
aquella otra vida para seguir amándonos por siempre, por la eternidad.
ERES TU?
Tan mío y tan ajeno,
tan cerca y tan lejos
tan de mi alma y tan de todos,
tan de todos y tan de nadie...
eres mis ganas y mi desgano,
cuando te siento tan cerca y tan
lejano...
Te dejo ir...
para que vuelvas cada vez,
y vuelves en la noche
y te vas con el amanecer.
Te quedas en mis sueños
y te vas de mi piel,
me llenas de amor
y me vacía tu ausencia.
Tan real y tan etéreo
tan mío y tan ajeno,
así eres tú mi amor de siempre,
tan lejano y tan eterno.
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