ARABESCOS TATUADOS
Sobre aquel lecho decorado
con hilos entretejidosde una tierra lejana
sentí por primera vez tus caricias
sobre mi piel deseosa
y a la vez asustada…
Entraba el sol de Marbella
por la morisca ventana
filtrando su luz en el aire
impregnado de suspiros y ansias;
aquellas ganas contenidas
se desbordaban sobre el lienzo
de colores encendidos
tejido por manos de pueblos de agua
añú-paraujana.
Fue nuestra primera vez
aquella tarde de otoño,
no la primera vez que nos amábamos,
sentía que volvía a encontrarte
después de aquellas vidas pasadas,
sentía que te conocía de siempre,
que nuestras almas de nuevo conectaban
y recordaban cada beso,
sintiendo que la eternidad nos abrazaba,
nos envolvía y transportaba
a otros tiempos que ya no recordaba.
El sol andaluz se ocultaba
y la penumbra nos abrazaba
con sutil y sublime letargo,
tus besos me sabían a canela
y a dulce de granada,
tus manos inquietas dibujaban
arabescos sin fin
sobre mi piel aun agitada,
y tu voz susurraba lisonjas
que me embriagaban,
acompasadas con el dulce oleaje
del mediterráneo
que también se iba a la cama.
Aquella tarde de octubre en Marbella
quedó para siempre tatuada
en mi piel y en mi alma,
para reconocerte
cuando vuelva a encontrarte
en otra vida no muy lejana.
Tarde soleada que se hace irreal
en la evocación de mis recuerdos,
tarde de pasión encontrada
en el otoño de nuestras vidas,
con brumas y decadencias,
desprendiendo de nuestras almas
las ultimas pasiones surgidas,
como las hojas de los arboles
que se desprenden
aun llenos de tanta vida.
Tarde de reencuentro
de dos almas,
que hoy el océano las separa,
entre besos y recuerdos
entre risas y silencios
que solo gritaban
un eterno te quiero.
#otoño
Participando en el Concurso de Poesía de Otoño patrocinado por Zenda Libros
Precioso poema.
ResponderEliminarOtoño andaluz...sol de otoño.
Gracias!!!!
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