LA PASION DEL COLIBRI
Ella no se atrevía a mirar, sentía como a lo lejos él la observaba agitado, y solo imaginarlo la inquietaba, sintiendo como el manantial de sus entrañas se desbordaba. Sus amigas la animaban, cómplices se reían y en susurros le advertían que rápidamente se acercaba. Ella sabia que él ansiaba beber de su néctar, bailar con ella y besarla... Entonces ya no pudo resistirse, el colibrí bebió hasta saciarse de su pasión derramada.